miércoles, 1 de agosto de 2007

En aquel momento.

En aquel momento. Sólo. Tan breve. Tan real que –inevitable- me confundió. En aquel momento, un sueño tocó mi mano. Y antes de poder asirlo, fue recuerdo.
Está allí, para contar historias que no fueron, para inspirar vidas que no latieron, para dar esperanza por el puro capricho de la magia. Aspirar un suspiro al amparo enceguecedor de la noche, un perfume nuevo harto conocido. Montaña pesada, jamás te vi tan alta, jamás te vi tan lejana, jamás te vi tan imposible y aún así, toda mía, mi ofrenda mayor. Y sin embargo, sólo fuiste un molesto grano de arena para quién no te supo ver.
En aquel momento, desear dejó de ser dolor.

1 comentario:

Lunita dijo...

muy bueno... increíble lo que te puede generar un momento, como flechazo.
Gracias por el link... :)